| 
			 
			
			  
			
			  
			
			 El viaje a Salt Lake City duró mas de 4 
			horas. El avión siguió una ruta por el Norte para ahorrar distancia 
			y luego hacia el Suroeste cuando pasamos sobre las Dakotas. Desde 
			arriba pude ver la
			ciudad de Toronto a orillas del lago Ontario. El piloto comentó que
			pasábamos sobre las cataratas del Niágara. Al aproximarnos a Salt Lake City tuve la suerte de ver el 
			Gran Lago Salado. Al otro lado se veían las montañas Wasatch y la 
			ciudad cuando el avión se ladeaba para la aproximación final. El el 
			aero puerto nos dirigimos a la puerta de salida para Cody. No te 
			puedes figurar el gentío que había por todos lados. Hay pequeños 
			restaurantes para comer de todas clases de platillos que gustes, hay 
			comida americana, china, mejicana, hindú...etc. etc. Es un 
			aeropuerto muy moderno. Cambiamos el horario de nuestros relojes a 
			dos horas mas temprano y esperamos casi hora y media. . Al llegar al 
			 pequeño aeropuerto que sirve a Cody notamos que ya estábamos en el Oeste americano. Había un 
			Sheriff con sombrero y botas de vaquero, arma en la revolvera y su 
			chapa de estrella caminando por allí. Camisa blanca manga corta y 
			jeanes impecables. Llamamos al hotel para que nos recogieran y llegó 
			un viejo con pinta de ranchero con su tremeda camioneta Chevrolet 
			nueva. Nos llevó al hotel en Cody y le dímos $10 de propina.  
			 
			
			 Domingo 6. Después del desayuno  
			nos fuímos a caminar por las calles laterales donde hay casas de los 
			habitantes de Cody. Todo muy limpio y tranquilo, con jardines 
			cuidados. Regresamos al hotel como a las once para esperar que 
			nos recogieran para ir al rancho. Llegó la camioneta con un jóven 
			vestido de vaquero llamado Jason. Nos ayudó c on 
			las maletas y luego paramos en un enorme centro comercial Wal Mart 
			para comprar cantinas de agua. El tenía una lista de compras para el 
			rancho. Estuvímos como 40 minutos y luego proseguímos el viaje. Lo 
			bombardeamos con toda clase de preguntas. Su acento era indiscutible 
			de esa parte de USA. Muy agradable y simpático. El paisaje por el 
			camino era muy lindo y diferente. Desde Cody tardamos 45 minutos de 
			viaje. Llegamos al rancho y nos llevó a las cabañas primero. Tienen 
			nombres de jefes indios. La nuestra se llamaba Painted Bear (Oso 
			pintado). Nos refrescamos y acomodamos la ropa, etc. El baño con 
			todo muy modernizado y agua caliente al instante. La cabaña tiene 
			electricidad pero no hay TV, 
			 radio, ni teléfono lo cual no nos 
			importaba. Estábamos entusiasmados. Afuera un silencio maravilloso 
			rodeado de pinos y montañas muy altas. Aparentemente éramos los 
			primeros en llegar porque no veíamos a mas nadie. Caminamos a la 
			cabaña principal y a solas visitamos el comedor y el salón. Al fín 
			se presentó el dueño, "Buck" Norris, un tipo vaquero con semblanza 
			de "duro" pero muy buena gente.  
			Hablamos como cotorras con él y nos escuchaba atentamente (como 
			"midiéndonos") y respondía nuestras preguntas. Nos pidió llenar dos 
			formularios: uno para que les dijéramos nuestra experiencia montando 
			caballo y así nos dieran el animal apropiado. El otro para que 
			firmáramos de que no hacíamos responsable al rancho por accidentes 
			al cabalgar, a menos que fuera probada negligencia de los operadores 
			del rancho. Esto es requerido por aseguradoras y abogados. Nos 
			sirvió café con galletas y luego bajamos a nuestra cabaña. Poco a 
			poco llegó gente. Al final llegamos a ser nueve huéspedes en total. 
			A la hora de la cena, las 6:30 PM, el dueño preparó un 
			 barbecue al 
			aire libre y así tuvimos
			oportunidad de conocer a los demás. Luego nos reunió en el porche 
			del rancho y cada uno nos presentamos formalmente. El después nos 
			presentó a su familia: esposa, hija con dos nenes y su esposo (Jason), 
			y dos hijos varones Caleb y Jake (Se pronuncia Keileb y Yeik). Nos 
			explicó cosas del rancho y su historia. Se llama Crossed Sabers
			
			
			(Sables Cruzados) porque el dueño original fue un teniente en la 
			caballería de los EE.UU. cuando las guerras contra los indios. El 
			rancho se quemó en los 1900s y fue reconstruído. Tuvieron la mala 
			suerte que volvió a quemarse en el 2004 y lo que vímos es nuevo, 
			reconstruído por ellos mismos. Perdieron muchas cosas de valor 
			histórico y personal. Esta gente está acostumbrada a sobrevivir en 
			un ambiente bastante agreste y trabajan duro para volver a comenzar 
			de nuevo. El espíritu de los primeros pioneros aún vive en el Oeste. 
			Luego nos fuimos a dormir en medio de aquel silencio. Estábamos 
			todos muy cansados pero esperando con anticipación los días 
			venideros. He de hacer notar que los domingos los caballos y mulas 
			descansan y no hay paseos. Es la ley. 
			 
			
			 Lunes 7. El desayuno es desde las 7:30 AM hasta las 9 AM. El dueño 
			es el que lo prepara y sirve mientras de la cocina se oye música 
			vaquera tradicional. Con el apetito que uno tiene y el olor de pan 
			tostado con mantequilla, huevos fritos o revueltos y tocino, mas 
			café (mezclado con chocolate como yo hacía) el día comienza bien. 
			Afuera el cielo es despejado y el aire limpio. El olor a pinada es 
			maravilloso. Después del desayuno nos fuimos todos al corral y nos 
			dieron nuestros caballos.  El primer paseo fue 
			fácil y duró dos horas ida y vuelta por un sendero desde el que se 
			veían formaciones de roca volcánica.. Al regresar al rancho 
			estuvimos en el porche comentando con la gente. La hora del almuerzo 
			son a las 12:30 y lo anuncian golpeando el tradicional triángulo de 
			hierro. Nos dieron bistec con ensalada y papas fritas. Limonada y 
			café. Hubo otro paseo con los caballos  Después de la 
			cena leímos algo de los libros que tienen en el salón y luego a 
			dormir. 
			 
			Martes 8. Hoy fue un paseo tempranero para desayuna r en el tope de 
			una cima. Caleb empacó las provisiones necesarias encíma de la mula 
			"Candy" y siguiendo a Jason comenzamos a las 7:30 de la mañana 
			subiendo por un sendero volcánico muy estrecho desde el cual se 
			veían precipicios enormes y al otro lado el río Shoshone, pero 
			confiábamos que los caballos sabían lo que hacían. Al llegar a la 
			cima nos regalamos con unas vistas maravillosas de las montañas al 
			fondo y un promontorio volcánico que estalló hace miles de años. 
			Tomamos fotos mientras nuestros "wranglers" preparaban el desayuno 
			en una cocinilla portátil a gas. Comimos huevos revueltos con "hash" 
			que es una mezcla molida de carne y patatas, con especias. Café en 
			abundancia. Pasamos un rato agradable sentados sobre troncos caídos, 
			conversando y haciendo comentarios humorísticos. Poco a poco la 
			gente nos íbamos conociendo mas. Una hora después bajamos por el 
			mismo sendero estrecho. El resto de la mañana la pasamos conversando 
			sentados en el porche. Temprano en la tarde 
			 Jason y Jake nos 
			llevaron en la camioneta a Cody. Paramos en la represa Buffalo Bill 
			a admirar el lago y el cañón del río Shoshone. Un Centro de 
			Visitantes explica la construcción y la geología de la región. No 
			permiten entrar a gente cargando mochilas por motivos de seguridad. 
			Proseguimos el viaje y Jason nos dejó en el Museo de Buffalo Bill en 
			Cody, las entradas pagadas por el rancho, mientras él y Jake 
			preparaban un picnic para nosotros en un parque frente al museo. 
			Estuvimos admirando las obras de arte de Frederick Remington, 
			Charles Russell y otros artistas del Oeste Americano. Hay una 
			colección de armas antiguas Colt, Remington, Springfield, etc 
			enorme. También una sección especial dedicada a los indios de las 
			praderas. Otra a Buffalo Bill, y una especial en las que se exhiben 
			especimenes de animales que habitan en Wyoming y fósiles de 
			dinosaurios. Como a las 7:30 PM cenamos en el parque 
			perros calientes, hamburguesas, papas fritas y limonada. Mas tarde 
			nos llevaron a la arena del Cody Rodeo para presenciar un auténtico 
			rodeo. Las entradas también fueron pagadas por el rancho. Se empezó 
			el espectáculo a las 9 PM con una invocación para que los 
			participantes, y animales,  tuvieran protección Divina contra todo percance por ser un 
			deporte algo peligroso. De inmediato salieron dos chicas a caballo 
			con la bandera americana,  la gente se puso en pie, se quitaron los 
			sombreros y poniéndolos sobre el pecho cantamos el himno nacional. 
			Luego los vaqueros participantes montaron caballos 
			broncos y toros, enlazaron becerros, las chicas vaqueras corrieron 
			con sus hermosos caballos alrededor de barriles, la más rápida en 
			completar el circuito sin derribar un barril ganó. Hubo una 
			competición para los niños de la audiencia que consiste en tratar de 
			quitarle a dos becerros una etiqueta pegada a una oreja. Habían como 
			50 niños y niñas. Cuando dieron la orden de partida fue muy gracioso 
			ver a tanto chico persiguiendo a los becerros por todo el sitio 
			hasta 
			 que dos niñas bastante pequeñas pudieron agarrar las 
			etiquetas. El premio fue una cena gratis para ellas y los padres en 
			un restaurante de Cody. Hubo también "payasos vaqueros" cuyo trabajo 
			en realidad es distraer al toro cuando un vaquero que lo monta cae 
			al suelo. Esos animales pueden herir o aplastar a cualquiera con su 
			peso. Uno de los payasos decía chistes malísimos pero la gente se 
			reía igual. Se terminó el rodeo a las 11 de la noche. En la 
			camioneta camino al rancho casi todos estábamos con mucho sueño y 
			luego caímos rendidos en la cama. 
			  
			Miércoles 9. La mañana fue libre. Uno de los hospedados se fue con 
			el hijo muy temprano a pescar trucha en una parte lejana del río 
			Shoshone. Su guía fue un amigo del dueño. El día anterior había 
			conseguido un permiso necesario para pescar a $11 por día. Susan 
			y yo bajamos a caminar por unos senderos al lado del río. Todo muy 
			tranquilo y bello. Regresamos para el almuerzo y temprano en la 
			tarde 
			 comenzamos otro paseo, esta vez por un sendero en la montaña 
			en medio de pinos y vegetación muy verde. Esto nos llevó dos horas 
			de subida y acampamos en una lomita para cenar hamburguesas y 
			helado. Bajamos por el mismo sendero y encontramos a un viejo 
			vestido nada mas que con unos chores, peludo y barbudo. Seguramente 
			un viejo hippy. Lo saludamos pero como si no existiéramos. 
			Regresamos al rancho y luego en la noche el dueño pasó una peli en 
			el salón principal titulada Open Range que estuvo bastante bien pues 
			no la habíamos visto. 
			  
			
			 Jueves 10. Este fue el paseo más largo porque duró cinco horas ida y 
			vuelta. Desayunamos temprano y salímos por un sendero que nos hizo 
			cruzar el río Shoshone por varias partes. Me sentía como John Wayne 
			cruzando el río Grande. Subíamos por senderos muy cerca del 
			precipicio y el río se veía muy abajo. El escenario era salvaje. En 
			una parte del río conseguimos a una partida de pescadores con su 
			guía. Este señor llevaba tremendo sombrero con su revolvera al lado 
			y un bigotón enorme. El tipo parecía de otra era. Tienen que ir 
			armados porque hay osos grizzlies en el área. Venden  un  spray de 
			pimienta mezclada con un químico para protección contra osos pero la 
			gente no se fía. Un rato después Jason descubrió pisadas de oso 
			cruzando nuestro sendero. Llegamos a un claro desde el que se veía 
			el río y bajamos a poner los pies en el agua. Estaba muy fría. Unos del grupo se quedaron por un tiempo sentados en un tronco al lado 
			del río y los wranglers divisaron a un alce (moose) caminando hacia 
			ellos. Estaba aún bastante lejos pero les gritaron para que subieran 
			de inmediato. Los alces son peligrosos con gente invadiendo su 
			territorio. El animal se volvió a meter en el bosque. Comimos unos 
			sandwiches de roast beef y después regresamos cruzando por los 
			mismos lugares. La cena en el rancho consistió, en parte, de las 
			truchas que nuestro amigo pescó el día enterior y fueron preparadas 
			por el dueño del rancho. Estuvieron deliciosas. 
			  
			
			 Viernes 11. Este día viajamos al Parque Nacional de Yellowstone que
			está a solo 8 millas del rancho. Después del desayuno Caleb nos 
			llevó en la camioneta. El tiene permiso de guía oficial para el 
			parque Pasamos por la Entrada Este y los boletos fueron pagados por 
			el rancho. De ahí en adelante hay como 12 millas en reparación y tuvímos que esperar como 30 minutos para dejar pasar a los que 
			bajaban. El camino después estuvo despejado y a pesar de ser verano 
			pensamos que no había mucha gente pero el parque es enorme. Nos 
			paramos en un promontorio para admirar el Lago Yellowstone el cual 
			es muy grande. Hacia una brisa fresca y un día muy lindo. Bajamos 
			por la carretera y el lago está al mismo borde. Tiene olas como un 
			mar. Parecía que estábamos en la costa de Connecticut en lugar del 
			interior del continente. Luego por el camino conseguímos un poco de 
			tráfico porque los búfalos estaban alrededor cruzando la carretera. 
			Un turista estaba tomando fotos afuera muy de 
			 cerca a los animales y 
			había una madre con su bebé en brazos también demasiado cerca. Hay 
			gente muy irresponsable. Se les díce que esas bestias son peligrosas 
			pero no hacen caso. Los animales cruzaron detrás de nuestra 
			camioneta y pudímos oir los bramidos que dan. Era un rebaño de 
			hembras con sus "becerros". Fue interesante e impresionante. Tomamos 
			fotos desde las ventanas del vehículo. Cruzamos la "Continental 
			Divide" dos veces.  Se llama así por la separación de las aguas que 
			van al lado del Pacífico y las que van alado del Atlático Tiene que 
			ver con las Montañas Rocosas. Paramos en un pequeño concesionario 
			del parque donde venden comida y souvenirs. Luego visitamos un área 
			llamada Volcán de Barro y el olor a sulfuro es increíble. El vapor 
			lo envuelve a uno. De allí pasamos a una zona de pequeños geiseres y 
			luego a almorzar en otra área que tiene mesas de picnic para los 
			turistas. Lo mejor fue cuando paramos a ver las cataratas del Cañón 
			del Yellowstone las cuales son bellísimas. A lo lejos se oye el 
			ruído que hace el agua. Este parque lo 
			 visitamos en 1988 justo 
			cuando los fuegos habían comenzado. Ahora hay muchas áreas donde 
			crecen árboles mas jóvenes en lugar de los quemados. La Naturaleza 
			se renueva. La última parada fue en la zona de Old Faithful (Viejo 
			fiel), el más famoso de los geiseres. Arrivamos casi a tiempo pues 
			la erupción estaba prevista para las 4:07 PM. Cuando vímos el gentío 
			esperando el espectáculo comprendímos adónde estaba la gente que no 
			veíamos por el camino. Eran miles de personas. Por fín el geiser 
			lanzó su chorro con solo dos minutos de retraso. Fue muy lindo y la 
			gente se quedó con la boca abierta. Luego todos circularon a otros 
			sitios para visitar. En e sa área hay muchos geiseres y piscinas 
			termales. Nosotros entramos al famoso hotel Old Faithful Inn. 
			Construído de troncos hace mas de un siglo es muy interesante de 
			visitar por su arquitectura. Como no teníamos mucho tiempo nos 
			regresamos a la camioneta y de camino al rancho. Allí nos sacaron 
			una foto de nuestro grupo para recordar. Después de la cena pasamos 
			al salón y allí dos viejos vaqueros tocando guitarras nos dieron una 
			serenata compuesta de canciones del Oeste tradicionales. También 
			contaron chistes y dijeron poemas graciosos. Esta fue la última 
			noche en el rancho. 
			  
			Sábado 12. Después del desayuno Susan se fue a dar un paseo corto 
			a caballo con los demás. Yo me quedé a tomar fotos. Al regresar la 
			gente del paseo dijimos adiós a la familia del rancho y agradecímos 
			su hospitalidad. Ya otros dos turistas se habían ído del rancho 
			tempranito. 
			 El resto nos acompañaron en la camioneta al aeropuerto 
			de Cody. El viaje en balsa por el río no lo pudímos realizar porque 
			el avión partía a las 2:45PM y la excursión era para las 2 PM. Al 
			llegar nos despedímos de Jason y todos los que quedaban del grupo. 
			En el aeropuerto, por ser tan pequeño no tuvímos los inconvenientes 
			de la extrema seguridad que aconteció esa semana. En Salt Lake City 
			solo tuvímos que llegarnos hasta la puerta de salida para el avión a 
			Hartford. Por fín llegamos a la casa como a la 1 de la mañana del 
			domingo y nos pareció que todo había sido un lindo sueño. 
			  
			  
			® ClementinaGeisa Licencia 
			de Creative Commons. 
			
			
			
			  
			   |